Las abejas y los almendros son un ejemplo perfecto de una naturaleza en simbiosis. Una naturaleza en la que las flores del almendro son la primera y única fuente de néctar y polen para las abejas cuando se despiertan de la hibernación y en la que las abejas, a su vez, se alimentan y polinizan las flores del almendro, permitiendo así que las flores se conviertan en frutos.

Este círculo virtuoso y singular es el símbolo más hermoso de esta naturaleza que todos compartimos. Es esta naturaleza de frágil equilibrio la que debemos celebrar y proteger juntos, siendo conscientes de los peligros que amenazan a las abejas y a los huertos de almendros: los pesticidas, las prácticas agrícolas intensificadas y los monocultivos, las enfermedades y el cambio climático.

Abejas, almendras y artesanos forman una alianza esencial.

A diferencia de las almendras, las avellanas son polinizadas por el viento, donde la brisa destila el polen de rama en rama, entre las flores masculinas y las femeninas. Las avellanas están, pues, fuertemente influenciadas por su entorno y por el frágil equilibrio de la naturaleza, en el que todos tenemos un papel que desempeñar. Respetando la naturaleza, sus ritmos y su biodiversidad (fauna, flora, microorganismos, etc.), y siendo plenamente conscientes de nuestro impacto, podemos marcar la diferencia. Por ejemplo, sabemos que las avellanas tienen una gran necesidad de agua y que solo una gestión sana y controlada puede hacer que su cultivo sea respetuoso y sostenible.

Por ello, Cacao Barry exige a sus proveedores/agricultores que se sometan a una auditoría periódica de acuerdo con la Evaluación de la Sostenibilidad de las Explotaciones Agrícolas (FSA - "Farm Sustainability Assessment") de la Plataforma SAI.  El objetivo es validar de forma independiente sus esfuerzos de sostenibilidad y trazabilidad en el origen de sus frutos secos, sus prácticas agrícolas y su compromiso con la protección del medio ambiente en los cultivos de avellanas que rodean nuestra fábrica de La Morella Nuts en Reus, España.